No soy un veterano en este mundo. De hecho llevo poco más de una década jugando a juegos de mesa. Pero si que llevo el suficiente tiempo dentro como para haber notado un cambio sustancial en nuestro hobby y la manera y cariño en la que estos son diseñados.
Comencé de rebote en los juegos de mesa, allá por 2008. A Homoludicus le faltaba poco para sacar la primera edición en español de Agrícola, más conocido como “El Michael Jordan de los juegos de mesa” o “EL-QUE-LO-CAMBIÓ-TODO”.
MI PRIMERA TOMA DE CONTACTO
En mi tienda habitual donde yo solía jugar Magic, siempre había gente “molestando y ocupando nuestras mesas” y con la llegada de Agrícola esta usurpación de mesas se hizo cada vez más evidente. ¡¡¡ Era el juego definitivo, la panacea contra el aburrimiento y la salvación de la humanidad!!! Y he de reconocer que no iban muy desencaminados.
Una tarde me encontraba allí esperando a mi grupo de juego para echar unas partidas de Magic. Mientras esperaba me ofrecieron jugar a un juego que se llamaba Puerto Rico. Lo reconozco…no había oído hablar de ese juego en mi vida. Me explicaron las reglas en aproximadamente 15 minutos. Mientras duraba la explicación, me iban ofreciendo unas tierras, unos barcos, unas monedas y una plantilla de currantes de sol a sol con contrato de media jornada. Me contaron por encima como funcionaba el JobToday de la época colonial y a correr campeón, que ya hemos empezado.
Estaba perdido … ni sabía lo que hacía, ni que sentido tenía nada. No por culpa del juego, sino mía. Había estado tanto tiempo jugando a Magic, que cualquier cosa que fuera distinto me volvía majara. Pero la sensación de haber jugado a algo especial quedó grabada a fuego en mi subconsciente.
Poco a poco (y a lo largo de un año) fui cambiando mi obsesión a Magic por los juegos de mesa. Fui descubriendo de LaBsk, la BGG, canales de Youtube (como el de Tom Vassel o Rahdo) y hasta nuestros días. Y uno de los primeros juegos que entraron a formar parte de mi colección por supuesto fue Puerto Rico, que Devir también acabó sacando en nuestro idioma allá por 2008 (mismo año que Agrícola).
COMO LOS BUENOS VINOS
Puerto Rico, como los buenos vinos, se saborea mejor con el paso del tiempo. He ido jugando partidas progresivamente a lo largo de los años. Y puedo decir que cada día soy capaz de apreciar más y mejor el cariño y el mimo con el que Andreas lo creó.
Las reglas están redactadas y ordenadas de manera tan lógica que apenas hay que leerlas. No importa que hayan pasado uno o dos años desde la última vez que lo jugaste. Es una verdadera maravilla. Solo necesitas un simple vistazo a la configuración inicial, la selección de roles y una pasada por encima a los edificios. Con eso alguien (que sepa jugar) es capaz de volverse a poner a jugar casi inmediatamente. Y explicarlo a jugadores nuevos o que llevan mucho tiempo sin jugar es más fácil que el mecanismo de un chupete.
Las mecánicas del juego son fáciles de aprender. Pero aún así es un juego profundo y complejo. No es un juego al que se le pueda achacar que genere muchas pausas. Es un juego rápido y no hay azar (tan sólo el que cada jugador hace al seleccionar el rol). La elegancia hecha juego.
LA IMITACIÓN ES LA FORMA MÁS SINCERA DE ADULACIÓN
Desde su salida, Puerto Rico ha sido siempre considerado como uno de los mejores juegos de mesa modernos. Y además uno de los referentes dentro de los llamados Eurogames. No en vano estuvo durante unos años (5 años si no me equivoco) en el puesto Nº1 de la BGG. Hasta que el Rey supremo Twilight Struggle le arrebató el puesto. Esta posición en la altas esferas o de fama suele siempre ir acompañada a imitaciones. Pero no en el sentido malo de la palabra, sino en el bueno.
Muchos han sido los hijos adoptivos de Puerto Rico. Incluso muchos han mejorado la mecánica de selección de roles. Mecánica que a su vez Puerto Rico tomó prestada y mejoró de Ciudadelas (aunque en Ciudadelas era de manera privada y en Puerto Rico era para todos) en sus juegos. Su primer hijo fue San Juan. Un MARAVILLOSO juego de cartas y su hermano, Galaxia La Conquista, revisión espacial de éste. El mastodóntico Twilight Imperium. El genial Galactic Emperor… Muchos desde entonces lo han venerado. Y mas aún han seguido el culto al gobernador de la BGG.
ME FALTA ALGO
Podríamos considerar que en ésta época en la que estamos, donde todo va a un ritmo extremadamente frenético, se echa en falta la frescura de antes que hoy empieza a escasear. Todo (o casi todo) está ya inventado. Todo son vueltas de tuercas a lo mismo. Mezclas de éstas, o un salto triple con tirabuzón de esto con aquello…pero muy pocos consiguen romper con los moldes y establecer un nuevo punto de partida. Todo sabe y huele a lo mismo. Al menos para mi.
Quizás sea éste un buen momento para empezar a desempolvar algunos de nuestros viejos juegos y echar algunas partidas. Es una de las cosas que mas puedo achacar a tanta novedad y sobreproducción. Echo en falta esa frescura y elegancia. Pocos juegos de ahora (Quizás la serie COIN, Star Wars Rebellion y Terraforming Mars) me hacen sentir lo que en su momento me ofrecieron y me hicieron sentir juegos como Puerto Rico, Agrícola, Twilight Struggle, El Grande…
Pero no me hagáis caso, no soy un veterano de esto.